Carnaval de Barranquilla







CARNAVAL DE BARRANQUILLA
(Compilación de datos)



*Puedes dar click en los textos amarillos para ampliar la información


El Carnaval de Barranquilla, es la fiesta folclórica y cultural más importante de Colombia. Cuenta con dos designaciones otorgadas por el Congreso de la República y por la UNESCO respectivamente

  •       Patrimonio Cultural de la Nación
  • ·         Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad

El Carnaval de Barranquilla es Patrimonio de la Humanidad porque reúne expresiones emblemáticas de la memoria e identidad del pueblo barranquillero, del Caribe colombiano y del Río Grande de La Magdalena.

Por la mezcla de culturas que sustentan lo que somos como nación, por su capacidad de movilización social que supera todo tipo de diferencias, porque su poder de convocatoria está en el corazón de la gente que hacen de la diversidad un motivo de fiesta y de celebración que alienta el arte popular y mantiene vivo el pasado.

Esta celebración es una obra maestra del genio creador humano porque es el único espacio en el país donde se expresan las manifestaciones culturales producto de la hibridación de las culturas dominadas -aborigen y africana- como forma de resistencia a esos pueblos que a la perdida de sus mitos, creencias y expresiones culturales frente a los impuestos por la cultura dominante –española-.

También evidencia este carácter en la instrumentación musical ancestral que acompaña las danzas. Su arraigo a la tradición cultural está inmerso en la vida de la gente, no solo por su participación, si no por aspectos como la preparación de danzas y cumbiambas, la elaboración de máscaras, la indumentaria que construye una serie de significados y fortalece el tejido social en diversos sectores de la ciudad.

Su importancia como fuente de inspiración e intercambio cultural posibilita la permanencia de expresiones ancestrales vulnerables, que cada año se dan cita convirtiendo el Carnaval es una alternativa de subsistencia y testimonio vivo de la tradición folclórico-cultural de la región caribe.




                                        Presencia de las Artes Plásticas en el Carnaval 2020



El Plan Especial de Salvaguardia para el Carnaval de Barranquilla es un documento que se produjo como resultado de una serie de mesas de trabajo realizadas por la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo en el año 2014, con el acompañamiento del Observatorio del Caribe Colombiano y el apoyo del Ministerio de Cultura.

Este plan tiene como objetivo principal fortalecer la apropiación social de la fiesta, valorando su carácter dinámico, democrático e integrador, reconociendo de manera explícita a los portadores, hacedores y artistas del Carnaval como los dueños legítimos de sus manifestaciones culturales y contribuyendo al entendimiento de sus prácticas como derechos culturales que deben ser respetados en todas sus dimensiones.

El PES está proyectado para un período de diez (10) años, con revisiones cada cinco (5) años.  

Entre otros objetivos está también:


  • Comprender que el Carnaval de Barranquilla es ante todo una expresión de la heterogeneidad cultural del Caribe colombiano en el que se recogen las influencias de grupos humanos diversos que sin importar su origen encuentran en este espacio festivo un escenario de integración y tolerancia para exorcizar  de manera pacífica  la inequidad, discriminación y exclusión social, política, económica y cultural

  • Fortalecer los procesos de trasmisión del conocimiento para la creación, difusión y conservación de las expresiones de oralidad, danza, música, teatro y performance asociadas al Carnaval de Barranquilla, manteniendo su sentido social y significado cultural

Se busca a través de él, el fortalecimiento y promoción de las prácticas de formación y transmisión de saberes que involucren a portadores, hacedores y artistas  y vinculen a las nuevas generaciones.

Ahora bien, ¿Cómo define el PES a los diferentes a quienes sienten, hacen, conocen, crean, recrean y gozan el Carnaval de Barranquilla?

Portadores del Carnaval: son todas aquellas personas que viven y entienden el Carnaval de Barranquilla como parte de su cotidianidad, que con su acción y pensamiento crean y recrean permanentemente la manifestación.

Hacedores del Carnaval: Hace referencia a las personas, colectivos o grupos que con sus saberes y prácticas mantienen los elementos constitutivos de este. De esta forma, artesanos, músicos tradicionales, maestros de danza, líderes comunitarios y operadores* son quienes trabajan permanentemente en el ejercicio de hacer el Carnaval, manteniendo su esencia sin perder su carácter dinámico.

Artistas del Carnaval: Se refiere a la forma en que prefieren ser llamados los integrantes de grupos folclóricos de música y danza, o los personajes que se integran a la fiesta mediante el disfraz, la expresión oral y la teatralidad.

*Son aquellas organizaciones que realizan más de un evento (desfiles, reinados, actividades artísticas estacionarias y teóricas), de carácter popular y gratuito, en la temporada de Precarnaval y Carnaval en Barranquilla que demuestran una sólida capacidad de gestión y cuyas actividades impactan a un amplio margen de población.



IDENTIFICACIÓN DE LA MANIFESTACIÓN


Ubicación geográfica 

Barranquilla está situada sobre la margen izquierda del río Magdalena, a cinco kilómetros de su desembocadura en el mar Caribe, en la zona norte de Colombia; es la capital del departamento del Atlántico, una de las siete divisiones político-administrativas que integran la región Caribe continental (Salcedo Castañeda, 2002). 
Aunque Barranquilla es el epicentro del Carnaval, diversos investigadores coinciden en que el origen de la manifestación se remonta a la Colonia y es fruto de los aportes de los carnavales que tenían lugar en las ciudades de Cartagena, Mompox y Santa Marta, que junto a los pueblos ribereños nutrieron con sus múltiples y diversas expresiones a esta fiesta que hoy es patrimonio de la humanidad.

Mirtha Buelvas Aldana (2011) reconoce que: El Carnaval de Barranquilla, a diferencia de los de Cartagena, Mompox y Santa Marta, solo destacó después de la Independencia, especialmente en la segunda mitad del siglo XIX, periodo de significativo desarrollo del incremento de la población. (…) El impulso definitivo y la consolidación de la fiesta obedecen al desarrollo urbano de la ciudad (…) También hubo inmigración proveniente de las riberas del río Magdalena, del canal del Dique, del brazo de Mompox, de Ciénaga y de pueblos ribereños del departamento del Cesar. (...) Los centros de donde procedían las migraciones fueron fuentes culturales donde abrevó el Carnaval de Barranquilla. Con la migración llegaron sones y danzas, procedentes especialmente de poblaciones riberanas. Barranquilla recibió por estas rutas no sólo el aporte de expresiones carnavaleras de los recién llegados, sino también de grupos de danzantes, bailadores y músicos que visitaban ocasionalmente la población durante la época del Carnaval. Muchas de las danzas del Carnaval de Barranquilla tienen su par vivo, o ya desaparecido, en poblaciones aledañas donde se celebraban o celebran carnavales, como es el caso de la centenaria danza de Los Coyongos o la danza de Indios Bravos, provenientes de la depresión Momposina.



CARACTERÍSTICAS GENERALES 


En Barranquilla, los carnavales se extendieron y consolidaron en directa proporción a la expansión económica y demográfica de esta ciudad republicana, la cual había crecido con rapidez desde la segunda mitad del siglo XIX gracias al dinamismo portuario y comercial que logró servir como punto de conexión del río Magdalena con el mar Caribe. Su población, compuesta por gente de los más diversos orígenes, se apropió con fervor de esta fiesta permisiva de sabor popular y remoto ancestro pagano, en la que todos encontrarían espacio para proyectar sus identidades, tanto los inmigrantes internos, portadores de las tradiciones folclóricas y la herencia cultural de las provincias de Cartagena, Santa Marta, las poblaciones ribereñas y otras áreas de la región circundante, como aquellos provenientes de otros países, quienes se integraron a la gran fiesta con su bagaje cultural, no solo en los recintos cerrados de sus clubes, sino en el fragor de sus calles arenosas. 

Para comprender la riqueza folclórica de este Carnaval es preciso enfatizar en que demográfica y culturalmente Barranquilla ha sido polo receptor e integrador de los aportes humanos de toda la región Caribe colombiana. Hablamos de un territorio cuya cultura y composición étnica surgieron históricamente de las mezclas entre indígenas originarios, colonizadores provenientes en su mayoría del sur de España y el acento distintivo de la fuerte influencia africana aportada por los esclavizados y sus descendientes.

El Carnaval se ha convertido en un referente fundamental para la vida cotidiana de los barranquilleros a lo largo de todo el año. Es, por ejemplo, el asunto que más ha inspirado a escritores, cineastas, artistas plásticos y fotógrafos.

La evolución del Carnaval de Barranquilla, vista en función de contextos urbanos y sociales que se modifican, supone asumirlo como un fenómeno dinámico con enormes retos de adaptación y orientación estratégica en la era de la globalización.




Las fiestas son rituales de comunicación, cada una con su sistema propio de símbolos ya sea en el ámbito de lo sagrado o de lo profano. La necesidad festiva está presente en la actividad de todas las sociedades humanas y se expresa a través de celebraciones, rituales y acontecimientos conmemorativos. La fiesta incorpora mitos, creencias, memorias históricas y tradición, que crean el espacio colectivo para la expresión y el encuentro. La fiesta es un patrimonio intangible vigente y en continuo desarrollo, y como tal puede ser un importante elemento estabilizador e integrador, pero también escenario de tensiones y conflictos.

Las culturas colombianas, y especialmente las caribeñas, son el resultado de la sedimentación, yuxtaposición y entrecruzamiento de tradiciones indígenas, del hispanismo colonial católico, de las culturas venidas del África.

El siglo XVI fue una época de transición entre tres mundos, la mayoría de las veces se habla de dos, cuando fueron tres continentes los que entraron en contacto. Pero cuando se hace referencia a la trietnia muchas veces se da la impresión de que hablamos de universos homogéneos.

Se debe tener en cuenta que la España que llegó al Nuevo Mundo en los barcos de los conquistadores había sido construida por muchas culturas: ibéricos, celtas, griegos, fenicios, romanos, árabes y judíos, que a través de varios siglos conformaron lo que llamamos la herencia hispánica. Esta misma diversidad encontraron los españoles en el mundo prehispánico; diversidad que en el Caribe aún se mantiene (arhuacos, kogis, arzarios, kankuamos, wayuús, kunas). Y los africanos traídos originalmente como esclavizados también pertenecían a diferentes culturas (yoruba, bantú, lucumí, yolofo...), para citar solo algunas de ellas.

En relación con el Carnaval, tanto en las culturas indígenas y africanas como las hispánicas, la música y la danza estaban asociadas a los rituales religiosos y sagrados, hecho que detectaron tempranamente los conquistadores y misioneros, quienes aprovecharon la profunda religiosidad de indígenas y afrodescendientes y su atracción por los rituales fastuosos. Los misioneros se dedicaron entonces a desacralizar estas expresiones en las culturas originales, superponiéndole una nueva temática acorde con el proceso de evangelización, sacralizándolas dentro del cristianismo.

Hay que tener en cuenta que los españoles traían la tradición de danzas religiosas que se ejecutaban dentro de las iglesias. En la Edad Media española, las danzas y los autos sacramentales eran un elemento obligado en las fiestas de Corpus Christi; la tradición de utilizar el teatro en la evangelización ya la habían practicado los españoles para convertir al cristianismo a los moros y judíos en su propio territorio.

Lo que se hizo entonces en estas primeras etapas de la Conquista y la Colonia fue una transferencia de símbolos y resignificación de los rituales, lo que era sagrado para afrodescendientes y aborígenes era profano para los españoles, se demonizaron y satanizaron sus comportamientos ceremoniales festivos y se impusieron las fiestas cristianas, sustituyendo a sus dioses por santos de la nueva religión, muchas veces conservando los mismos lugares y fechas de los rituales.

Fue en Cartagena de Indias donde se plantaron las primeras raíces del carnaval vernáculo europeo de máscaras y danzas y donde se inició la confluencia festiva de las etnias aborígenes y afrodescendientes en un marco de fiesta profano, algunas de las cuales llegaron a Barranquilla a finales del siglo XIX a contribuir en la construcción del Carnaval. España trasplanta a América no solo las festividades religiosas sino también las profanas, como los carnavales. 

En los cabildos de negros nacieron las danzas de congos tan destacadas hoy en el carnaval de Barranquilla. Puede afirmarse incluso que los reinados populares también se originaron en el propio carnaval y en los cabildos de negros. El carnaval se desarrolló principalmente en las ciudades coloniales de Santa Marta, Cartagena y Mompox y con el tiempo se extendió a toda la región Caribe. Todos los procesos iniciales de hibridación en relación con lo festivo, se dieron en las ciudades coloniales de Mompox, Santa Marta y especialmente Cartagena, por ser esta ciudad el primer puerto de entrada para el comercio de africanos en la América durante el dominio colonial español. (Gutiérrez, 2000).
Los migrantes de toda la región, no solo de las ciudades coloniales, trajeron consigo todo ese cúmulo de tradiciones que ya no tenían vínculos tan directos ni con los imaginarios festivos impuestos por la Colonia ni con la simbólica patriótica de las fiestas de Independencia. Y es precisamente en esta época que empieza a consolidarse el Carnaval de Barranquilla. Las tradiciones musicales y danzarias se recrearon y resignificaron. 



EXPRESIONES FOLCLORICAS


Entre las particularidades del Carnaval de Barranquilla resalta la convivencia armónica de expresiones tradicionales con manifestaciones contemporáneas de arte popular. La fiesta reúne en un mismo espacio expresiones folclóricas de más de un siglo de existencia con otras recién creadas, influenciadas, muchas veces, por la cultura popular, el cine y la televisión. 

El Carnaval de Barranquilla cuenta con diversas modalidades populares y tradicionales: las cumbiambas, las danzas grandes, las danzas especiales y de relación, las comparsas de tradición y de fantasía, las comedias, las letanías y los disfraces. Cada una de estas manifestaciones posee más de una representación en el Carnaval, y suelen distinguirse por el nombre que asume cada grupo. 

Las Danzas

Se trata de grupos coreográficos que recogen música, cantos, vestuario e instrumentos musicales de las diferentes culturas que participaron en la conformación de esta fiesta en el Caribe colombiano, especialmente la indígena, la española y la africana.

Las Danzas Grandes Tradicionales están compuestas por grupos folclóricos de numerosos integrantes, que han participado durante varias décadas en el Carnaval de Barranquilla. Entre estas danzas se cuentan la del Congo, la del Garabato y la de Son de Negros. 

Las Danzas de Relación y Especiales son una tradición del Carnaval de Barranquilla. Se componen de un número menor de participantes en comparación con las danzas grandes tradicionales, tienen un argumento que se relata con versos durante su ejecución (de allí su nombre) y son patrimonio oral del Carnaval de Barranquilla. Pertenecen a esta categoría, entre otras, las danzas del Paloteo, de los Coyongos, de los Gallinazos, del Caimán y de los Pájaros. 

Las Danzas Especiales, llamadas así por convención local, tienen bailes y coreografías propias de la región del Caribe colombiano. Similares a las Danzas de Relación, se distinguen de ellas porque no se recitan versos. Pertenecen a esta división las danzas de los Diablos, de los Indios Farotos, de los Indios de Trenza, del Gusano, y el Son de Negro.


Veamos algunas danzas en detalle: 



  • Danza del Congo: Toma diferentes nombres, como Danza del Torito, Danza del Toro Grande o Danza del Congo Grande, entre otros. Está compuesta por parejas de hombres danzantes que portan vistosos turbantes, o disfraces de animales, acompañados por un grupo que toca y canta la música típica de la danza, el Canto de pajarito. Los disfraces de animales llevan máscaras de toros, tigres, burros, chivos y gorilas, que recuerdan tanto la fauna africana. El grupo carga banderas vistosas y originales, alusivas al nombre de la danza. 
  • Danza del Garabato: Simboliza los opuestos, la vida y la muerte, expresión universal de carnaval. A los bailarines los acompaña un disfraz de muerte con una guadaña. La danza tiene elementos de teatro callejero y carnavalesco, que simulan la lucha entre la muerte y la vida, esta última representada por los bailarines. Las parejas bailan al son de la música propia de la danza, el ritmo de chandé. 
  • El Mapalé: Es una danza, con evocaciones de la herencia africana, que se distingue por la significativa presencia de la percusión en la música que la acompaña y el intenso movimiento corporal del baile. 


  • La CumbiaUna de las manifestaciones más significativas en el Carnaval de Barranquilla. Es uno de los bailes vivos más antiguos del Caribe colombiano, y uno de sus emblemas más preciados. Se trata de un conjunto de parejas bailadoras de cumbia que, ataviadas con vestidos típicos a la usanza popular del siglo XIX, bailan acompañadas de un grupo musical que interpreta el ritmo del mismo nombre, en el que destaca el sonido de la flauta de millo. En otras épocas, el baile de la Cumbia solía efectuarse en las fiestas populares y patronales de los pueblos de la costa Caribe, en espacios como plazas y calles. En Barranquilla se bailaba desde la época en que, a falta de luz eléctrica, los participantes encendían un paquete de velas y danzaban en el mismo sitio y sin desplazarse. Así ocurría en la esquina de la calle Soledad con carrera 23, sitio de cumbia, donde cada 11 de noviembre se celebraba la fiesta de san Martín. Finalmente, la cumbia se adaptó a los desfiles del Carnaval y tuvo que imitar la marcha de las danzas.


Son grupos tradicionales del Carnaval, con un tema que define su vestuario, su coreografía, su baile y su música. Es tradición de las comparsas la libertad de creación y recreación del tema que presentan, lo que las hace menos conservadoras. Ofrecen una estética de espectáculo más urbano si se comparan con los diferentes tipos de danzas tradicionales del Carnaval de Barranquilla. 

De acuerdo con los diferentes motivos que inspiran estas comparsas, por convención local se distinguen las Comparsas de Tradición, inspiradas en disfraces de tradición popular, sea esta local o regional. Su música también es tradicional de la región del Caribe colombiano, Comparsas inspiradas en la música popular. Es el caso de las comparsas de las Marimondas, de los Monocucos, las de Fantasía y Proyección Internacional, en las que la coreografía, el baile y la música se deben a la inspiración de sus creadores. 


Son un género de teatro popular antiguo y espontáneo que hace parte de la tradición folclórica del Carnaval de Barranquilla. En sus inicios se presentaban de casa en casa a cambio de dinero o licor. Corresponde al pasado más romántico de estas festividades. 


Una de las más ingeniosas representaciones orales del Carnaval de Barranquilla. Se trata de grupos tradicionales callejeros que en tiendas, calles y esquinas de la ciudad recitan versos en forma de responsos para criticar, censurar o burlarse de los acontecimientos más destacados del año, del barrio, de Barranquilla, del país y del mundo. Las letanías tradicionalmente van a su aire por toda la ciudad, y recuerdan a las de la Iglesia católica. Sus intérpretes, grupos de hombres, llevan un vestuario especial, que muchas veces se asemeja a una toga o a un hábito. 


Símbolos por excelencia de todos los carnavales del mundo. Así, en el de Barranquilla existen diferentes tipos: individuales y colectivos, de fantasía, representativos de animales, de personajes, y aquellos que, en cierta forma, recogen ese humor satírico, crítico y burlón, propio de la idiosincrasia del caribeño colombiano. Los disfraces pueden inspirarse en motivos locales, y con frecuencia lo hacen a partir de imágenes o situaciones observadas en la televisión, en el cine y en los medios de comunicación, que dan motivo para la creatividad y a la crítica social.

El Carnaval de Barranquilla es una fiesta que crece manteniendo su espíritu. El profundo sentido de pertenencia arraigado en todos los sectores sociales, políticos, culturales y económicos, hace del Carnaval una parte fundamental de la identidad de los habitantes de Barranquilla y de la región Caribe colombiana. Aún hoy, después de más de un siglo de tradición, el Carnaval se sigue nutriendo de las culturas de pueblos ribereños y en general de la región Caribe.

Las disidencias presentes todo el tiempo en el Carnaval son fuente de riqueza e innovación, que lo nutren y hacen que no pierda vigencia, fomentan la creatividad y nuevas formas de organización, y aunque terreno de contiendas sociales, económicas, políticas y culturales, la fiesta se convierte en el mejor escenario de resolución pacífica de conflictos, construcción de ciudad y ciudadanía.


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